EL PERIÓDICO DE ARAGÓN – 30/11/2013
–¿Qué balance puede hacer de la situación de Calatayud en el ecuador de la legislatura?
–Es el balance de dos años extremadamente difíciles, con unas condiciones económicas heredadas muy dificultosas. La crisis ha afectado de forma dura a la ciudad. Como ayuntamiento hemos ajustado la deuda y ahora pagamos a proveedores a 30 días. Al finalizar este año se habrá rebajado la deuda en aproximadamente cinco millones de euros. Esto se ha logrado con la eliminación de puestos de trabajo innecesarios, con la reducción del gasto corriente y evitando derroches superfluos. Para el año 2014 se han congelado tasas e impuestos, se incluyen medidas incentivadoras y reactivadoras que permiten dinamizar la economía local.
–¿Esto ha supuesto también un recorte en los servicios públicos?
–Todos los servicios se están manteniendo. El ayuntamiento lo único que ha externalizado es la ludoteca, que por otra parte era un servicio absolutamente innecesario, y también el centro de ocio juvenil, que recibía una subvención de la comarca. Ahora será gestionado por una empresa experta en el sector para que ofrezca los cursos que los jóvenes demandan.
–¿Qué prioridades se han marcado para el resto del mandato?
–La prioridad es el empleo. No hay otra prioridad que no sea el empleo. Calatayud era una ciudad con un tejido industrial no demasiado desarrollado que ha sufrido la crisis en primera persona como consecuencia del desmantelamiento de una multinacional que se llamaba Kimberly Clark y que ha tirado por tierra la situación del trabajo en la ciudad. De este modo, 208 personas han perdido su puesto de trabajo. La situación estratégica de Calatayud debe ser un valor añadido para cualquier empresario que apueste por la inversión. En los próximos presupuestos se plantean medidas que pretenden apoyar y facilitar el asentamiento de nuevos proyectos.
–¿Qué perspectivas tiene la industria en la actualidad?
–Tenemos contactos con empresas. El concejal de Industria y yo mismo estamos trabajando permanentemente para ofrecer nuevas oportunidades de negocio. Calatayud está facilitando la instalación de nuevas empresas y para ello ofrece naves industriales, de propiedad municipal y excelentemente equipadas. A cambio de la generación de empleo, el precio de estas naves puede llegar a ser totalmente gratuito. Si todo va bien, a lo largo del año que viene lograremos dar buenas noticias en este sentido.
–¿Se trabaja también en políticas sociales y de empleo?
–Sin duda. En el presupuesto del 2013, y también en el 2014, figura una partida de 150.000 euros para emprendedores, de tal manera que cualquier persona que ponga en marcha un negocio recibirá 2.500 euros por parte del ayuntamiento de Calatayud. Además, se destina una cantidad importante a la difusión del patrimonio industrial y el potencial turístico. Las necesidades de las personas en momentos de crisis obligan a ser solidarios con los más desfavorecidos. Nunca puede uno estar satisfecho con lo desarrollado en política social, pero año tras año se dedica en el presupuesto una mayor cantidad a los temas sociales.
–¿Qué han supuesto para Calatayud los 10 años de la llegada del AVE a Aragón, que se cumplieron el pasado octubre?
–Creo que no se ha rentabilizado lo suficiente. Es un sistema de comunicación moderno que permite ir y venir diariamente a Madrid en 55 minutos. También llegar en 25 minutos a Zaragoza con unos precios y unos horarios excelentes. Debería ser un dinamizador del turismo interior, de conocimiento del mudéjar y del turismo de balnearios.
Para cambiar esta situación estamos planteando apuestas de futuro. Así, queremos recuperar la colegiata de Santa María, Patrimonio de la Humanidad, que en estos momentos está cerrada y se está rehabilitando con un proyecto en el que colaboran el ayuntamiento, DPZ, diócesis y Ministerio de Cultura, entre otras instituciones. Creo que el presupuesto planteado invita a la confianza y a la esperanza de los bilbilitanos. Antes o después las políticas realizadas por este ayuntamiento se traducirán en puestos de trabajo.
–¿Cómo está siendo tratada Calatayud en relación a las inversiones provinciales y autonómicas?
–Hoy en día la Diputación Provincial de Zaragoza es la institución que ejerce de madre de los ayuntamientos gracias a su apoyo económico. Teóricamente, el municipio que debería ser mejor tratado es Calatayud, pues al estar excluida Zaragoza de sus planes de financiación somos la ciudad más importante de la provincia en cuanto a número de habitantes. En este momento estamos satisfechos con el trato y tenemos una relación excelente con la presidencia. El Gobierno de Aragón vive unos momentos difíciles, pero también son receptivos con el apoyo a cualquier iniciativa, especialmente las relacionadas con la industria. También en el ámbito de la consejería de Agricultura, pues gracias a ellos estamos desarrollando varios proyectos en el ámbito hortofrutícola. Desde el Gobierno central, dentro de las limitaciones y teniendo en cuenta las circunstancias, también nos sentimos bien tratados.
Si la financiación sigue así, en Calatayud tenemos la esperanza de que el año que viene podamos disponer de un Conservatorio de Música Profesional del que ahora se carece. Probablemente, si no hay ningún problema, en el curso 2014-2015 sea una realidad.
–¿Qué opina de la propuesta de reforma de la administración local que se ha planteado desde el Gobierno central?
–En la reforma, tal y como está planteada en la actualidad, Calatayud no sale mal parada por ser una ciudad de 20.000 habitantes, lo que nos permite mantener muchas de las competencias. Creo que en estos momentos lo que demanda el ciudadano es que cada administración tenga una competencia bien delimitada. Lo importante es que tengamos una estructura administrativa operativa, ágil, y que el ciudadano siempre sepa dónde dirigirse para cualquier trámite o consulta.